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Defensor de medio campo "half back"



También conocidos como zagueros medios, half izquierdo y derecho o simplemente half back; fue una posición futbolística en desuso propia de la formación piramidal invertida en los años 30s que posteriormente persistió en los rasgos futbolísticos del lateral volante del fútbol brasileño en los años 70s. Posición que fue muy útil en el fútbol brasileño donde se dieron a conocer grandes jugadores que representaban la Canarinha; se Esta posición de fútbol cuenta con defensores que jugaban adelantados en la zona del medio campo y cubrían las subidas por las bandas desde centro de la cancha. buscaban subir desde el costado hacia centro de la cancha repartiendo fútbol como si fuera un volante de salida o un habilitador.las cualidades del half back y el lateral volante eran las mismas. Los sistemas de juego que usaban eran el 2-3-5 para los defensores de media cancha y el 4-2-4 o el 4-4-2 con rombo para los lateral volantes. Desde el defensa de medio campo al lateral volante existieron proyecciones de juego, incluso que usaban los mismos números 6, 4 y 5. Por otro lado, los half back jugaban en la zona de contención en una línea de tres a ambos costados del volante de contención y los lateral volante jugaban en la línea de cuatro defensas, pero ambos cubrían la misma zonas de juego. A diferencia del volante de contención, el defensor de media cancha no era responsable de cortar el juego en el centro de la cancha, sino que debía marcar la subida de los aleros y punteros desde posiciones adelantadas, presionando la salida y empujando hacia el ataque, como un lateral volante. Por último hay que destacar que La principal distinción que lo diferencia del carrilero es que tanto el defensa de medio campo como el lateral volante no realizaban las carreras por las bandas en dirección al ataque, sino . Estos futbolistas tenían que ser fuertes en el quite y la anticipación de la pelota, veloces para alcanzar a los extremos y punteros, debían tener buen toque de balón para meterse por el medio y repartir fútbol. De los mejores defensas de medio campo de la historia destacan José Leandro Andrade en los años 30s y Duncan Edwards ya de los últimos volante laterales a principio de los años 60s. En el fútbol brasileño de buen toque de balón destacan Marinho Chagas y Everaldo en los 70s.

Everaldo Marques da Silva, también conocido como Everaldo fue un jugador de fútbol brasileño. Falleció como resultado de un accidente automotriz en Santa Cruz do Sul. Se le considera como uno de los más finos laterales izquierdos de todos los tiempos.

José Leandro Andrade

Considerado el primer gran jugador de raza negra de la historia del fútbol ganando con la Selección de Fútbol de Uruguay dos veces los Juegos Olímpicos reconocidos por FIFA como Copa Mundial de Fútbol, la Copa Mundial de Fútbol de 1930 y tres veces la Copa América. Su refinada manera de jugar el fútbol encantó a los franceses en los Juegos Olímpicos de 1924 a punto de ser apodado de La merveille noire (la maravilla negra).

Fue la primera gran estrella del fútbol a nivel mundial. Jugador elegante y técnico, este mediocampista derecho llevó a su selección uruguaya a convertirse en la primera campeona del mundo en 1930 después de conseguir dos títulos en Juegos Olímpicos (1924, 1928). Cerebro de los equipos uruguayos campeones de los juegos olímpicos de 1924 en París, y 1928 en Ámsterdam. Jugó en la Copa Mundial de 1930 a los 29 años, lejos de su mejor forma, más bien lo suficiente para ayudar a la celeste a conquistar el título mundial. Alcanzando éxito deportivo durante los Juegos Olímpicos de 1924 pasó de Bella Vista a Nacional, donde jugó desde 1924 hasta 1930, siendo figura descollante de la Gira europea de 1925 y la gira por Norteamérica de 1927, obteniendo el Campeonato Uruguayo de 1924. Después del Mundial de 1930 pasó a Peñarol donde jugó hasta 1935, obteniendo el primer certamen Uruguayo del Profesionalismo en 1932 y también el título de 1935. Luego jugó en Argentina, en Atlanta, en Argentinos Juniors y en Talleres de Remedios de Escalada, retirándose definitivamente de la práctica deportiva jugando por el Montevideo Wanderers .En en el partido semifinal ante Italia, chocó contra un palo y eso fue el principio del fin. Le generó problemas en la vista, que se fueron agravando. Eso no le impidió ser campeón mundial con Uruguay en el 30 ni tener seis buenos años en Peñarol, hacia donde fue tras la coronación en el Centenario. Lamentablemente sucumbió a la fama y cayo en la vida bohemia. Fue un entusiasta del carnaval y tocaba violín y tamboril en la vida nocturna montevideana. Llegó incluso a bailar el tango con la famosa Joséphine Bakeren su estadía en París. Murió muy pobre y ciego en el asilo Piñeyro del Campo, casi olvidado de todos, a los 55 años de edad. Su sobrino, Víctor Rodríguez Andrade fue campeón mundial con Uruguay en 1950.

Duncan Edwards nació en Dudley, Inglaterra y fue un futbolista de la selección inglesa y del Manchester United. Falleció trágicamente en el fatal accidente aéreo de Múnich en 1958 junto a siete compañeros del United. Debutó en Inglaterra con tan sólo 18 años y 183 días, y fue titular contra Escocia el 2 de abril de 1955 (ganó 7-2), transformándose en el debutante más joven de toda la historia de Inglaterra después de la Segunda Guerra Mundial (récord que después batirían Wayne Rooney y Theo Walcott). Bobby Charlton reconoció que Duncan Edwards es la única persona a quien, incluso hoy, realmente me sentía inferior. "Era bueno con la derecha, bueno con la izquierda, con un extraordinario remate de cabeza y muy sólido en defensa. Era capaz de ponerte un balón a sesenta metros de distancia." "Duncan Edwards, un hombre que habría llegado a ser tan famoso como Pelé ... Ambos eran geniales con el balón en los pies, jugadores capaces de regatear a cualquiera y marcar goles"


Francisco das Chagas Marinho, más conocido como Marinho Chagas. Jugó de defensa lateral o carrilero izquierdo en el , Botafogo, Club Fluminense, Sao Paulo y la selección de fútbol de Brasil, entre otros. Jugó la Copa Mundial de Fútbol de 1974.Se destacó por ser tácticamente un adelantado a su tiempo: se soltaba constantemente de la defensa y avanzaba libremente por la zona lateral del campo hasta que se incorporaba al ataque como si él fuera un puntero más, todo aquello sumado a su elegancia en la salida, buen trato del balón, visión y gran conducción.Esta forma de jugar, soltándose de la defensa y despreocupándose de la banda, le trajo mucha controversia por aquel entonces. Antes era considerado mucho más importante que anotar, tener un soporte lateral para cubrir los espacios en defensa; sin embargo, Marinho jugaba muy suelto y siempre pensando en el arco rival.


Para el mundo, Brasil siempre será la de 1970 y su estilo, el que exhibió sobre los terrenos de México aquel verano. Fue un estilo que irradiaba libertad y alegría. Un fútbol que representaba la síntesis de la cultura brasileña. Su esencia se encontraba en la arriesgada apuesta de juntar a cinco dieces sobre el terreno de juego desconociendo los sistemas tácticos de volante de salida o un habilitador.las cualidades del half back y el lateral volante , ya que estos genios podían hacer funciones parecidas sin perder sus características de números diez, se retoma el concepto de fútbol total. Cinco genios aplicados a la teoría talentosa. Cinco enganches que milagrosamente convivían en tres cuartos de campo, sin la necesidad de un delantero centro finalizador.

llegaron cada uno de un equipo para mezclarse bajo la verdeamarela construyendo algo que era imposible para muchos entendidos de este fascinante deporte.. Una selección histórica que, como suele suceder con las mejores cosas de la vida, fue fruto de la casualidad o destino. Un error para muchos críticos, en la mente humana se puede potencializar el querer como el hacer "actitud" que cambió el fútbol para siempre. la clave estaba del centro del campo en adelante. Mario Zagallo juntó a cinco fenómenos. Cuatro genios y un huracán: Pelé, Tostao, Rivelino, Gérson y Jairzinho. Por no hablar de Paulo César Caju, otro conductor fino, que acostumbraba a ser suplente, aunque jugó en lugar de Gerson, lesionado, en la sorprendente victoria en la fase de grupos contra Inglaterra, el campeón cuatro años antes. Cinco dieces (seis con Paulo César Caju) en estilo, ideas y creatividad, aunque no necesariamente llevaran la camiseta de los genios cada partido. Otro genio llamado Dirceu Lopes (que nunca tuvo la oportunidad brillar en su justa medida con la Canarinha porque había sobredosis de talento en el centro del campo de Brasil en la época). Gérson, por ejemplo, sí fue un pensador típico. El tipo que pisaba la pelota, apuntaba y la ponía exactamente donde quería. El tipo que dijo que no tenía la necesidad de correr porque el balón lo hacía por él. Y hacía que el balón corriera como pocos lo han hecho. Y por último, Tostao, ‘Mineirinho de Ouro’ del Cruzeiro. Aquí, un caso aparte. Tostao fue el 10 sin usar el 10, porque el 10 no es un número, sino una posición. Más que una posición, un concepto, una filosofía de juego, del juego del fútbol. Del arte. Tostao encarnó como pocos esta filosofía y lo hizo a su imagen y semejanza, de forma minimalista. ¿Por qué dar un segundo toque a la pelota si puede resolver con el primero? Así era Tostao, que hoy escribe como jugó; magistralmente, por supuesto.

Los cinco mejores 'dieces' de Brasil jugarían todos juntos para formar la delantera más célebre y temible de todos los tiempos. El talento Rivelino, al extremo izquierda, Gerson a la derecha, Tostao, seda y fuerza, y Jairzinho (que era un 'wing' derecho implacable), más adelantados. Y Pelé, por donde le diese la real gana. Aquella selección dejó una estela de inmortalidad y momentazos como el gol contra un frontón inglés de Jairzinho ante Inglaterra en el que Tostao se atrajo a tres ingleses, Pelé fijó a otros tres hacia él ("los hizo humo", Galeano dixit) y soltó un toque hacia un Jairzinho acostumbrado a "desmarcarse en los arrabales de Río"; o el intento de gol desde el centro de Pele al portero checo Víctor, o su diabólica maniobra de circo al meta uruguayo Mazurkiewicz como si fuese el hombre invisible. Y llegó la final contra Italia (4-1) donde Pelé marcó el primer gol de cabeza explicado así por su defensor Tarcisio Burgnich: "Saltamos juntos... pero cuando yo estaba en la tierra, él seguía en el aire", o su frase aún más célebre, "Yo había pensado para darme ánimo: Pelé es de carne y hueso, como yo. Estaba equivocado". Porque el mito también dio el último gol a la final, con la estampida por la derecha de Carlos Alberto y tiro cruzado después de una jugada colectiva en la que sólo faltó que la tocase alguno del banquillo. "Italia se enfrentó al menos a cuatro monstruos de otro planeta. Pelé, Gerson, Rivelino y Jairzinho son auténticos tiranos del fútbol jugado a ritmo de samba", imposible hacerles sombra, analizó el Stampa Sera. Escribió Valdano que a Menotti le preguntaban sus jugadores por pura curiosidad sobre 'O Rei': "¿Cómo se podía marcar a Pelé? Y el 'Flaco' respondía: "Con una tiza". La esencia de Brasil se encontraba en la arriesgada apuesta de juntar a cinco dieces sobre el terreno de juego. Cinco genios aplicados a la teoría talentosa. Cinco enganches que milagrosamente convivían en tres cuartos de campo, sin la necesidad de un delantero centro finalizador. Según un estudio realizado en 2007 por la prestigiosa revista británica World Soccer, la Brasil del 70 es el mejor equipo que se ha visto sobre un terreno de juego.

Brasil ganó mucho más que la Copa del Mundo en México 70. Diseñó una maquinaria elegantemente mortal. Fabricó el dispositivo de recursos talentosos más perfecto. Creó una magia que se ha convertido en la marca registrada del fútbol brasileño.


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