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EL PUESTO DEL GUARDAMETA DEL SIGLO XXI


El juego del fútbol es una continua transformación. Al evolucionar los planes de los estrategas, las tácticas, se modifican las funciones, los puestos.

Hablare del puesto número uno el guardameta, también llamado arquero, portero,cancerbero, meta, guardavallas o golero, es aquel jugador que, en el fútbol, ocupa el puesto específico que consiste en cuidar la valla, constituyendo el primer defensor del equipo. Inicialmente, los guardametas jugaban normalmente entre su portería y tenían una movilidad limitada los llamados "atajadores", que volaban de vertical a vertical de su meta pero no sabían salir a defender ni menos dominar el balón con los pies. A través de los años, la posición del guardameta ha ido evolucionando, de acuerdo con cambios en los sistemas de juego, para convertirse en un puesto más activo. Los primeros en revolucionar el puestos fueron:

  1. Gyula Grosics, arquero de la legendaria selección de Hungría en los años cincuenta, formó parte del legendario equipo de oro de la década de 1950. Se le atribuye la creación del estilo de juego "portero-líbero" en el que el portero podía actuar como último defensor cuando era necesario.

  2. José Eusebio Soriano Barco. El Caballero del Deporte, peruano nacionalizado argentino que se destacó como arquero en los años 40, llegando a ser Capitán de la "Máquina" del River Plate. el precursor del "achique". Fue también el primero en atajar fuera del arco en una época en que todos los arqueros actuaban bajo los tres maderos.

A mediados del siglo XX, guardametas como el argentino Amadeo Carrizo y luego el soviético Lev Yashin “araña negra”, fueron pioneros de un estilo de juego que incluía más movilidad y también ayudó a introducir nuevas técnicas y estrategias que se volverían estándares en la posición, hoy en día es la técnica integral de todo guardameta. Carrizo fue el primer guardameta en abandonar el área para defender su valla y el primero en utilizar los saques como un método para comenzar contraataques.


Hubo una época en la cual la función del guardameta era considerada menos importante que la de los demás integrantes del equipo, este desconocimiento los llevo más a los fracasos que a los triunfos, lo cual los técnicos se vieron en la necesidad de replantear cada puesto en el onceno futbolístico. En el fútbol moderno, el portero ha pasado a ser la primera línea de ataque mediante sus despejes o jugadas de pelota parada. Estos cambios han aumentado a su vez las exigencias para esta posición. En el futbol posmodernista cada jugador es igual de importante, independientemente del puesto que ocupe. Hoy en día se considera que el guardameta tiene una función especial y de liderazgo, tiene que ser visionario, analítico y estratégico, es decir un auxiliar en el campo de juego del cuerpo técnico, para su equipo. Puesto que es el único que directamente puede causar la victoria o la derrota de su conjunto, dependiendo de la calidad de su participación. Los resultados de un gol dependen del desplazamiento, habilidad y rapidez del arquero al momento de cubrir el alcance total de la meta. Los arqueros deben poseer unas habilidades perceptivas lo suficientemente desarrolladas en función de la rapidez con la que se desplaza el balón en una fracción de segundo, teniendo en cuenta que el tiempo de reacción más rápido se encuentra alrededor de los 170 ms. La velocidad a la que vuela el balón, tomando como referencia un tiro de penal, es en promedio de 125km/h, de modo que la estimación del tiempo que toma en llegar a la red se cifra entre 0.2s a 0.3s de no haber contacto previo. En este corto periodo de tiempo, el portero debe decidir cómo debe reaccionar.


Los siguientes caracteristicas técnicas del guarda-meta para estar a la altura de las circunstancias:


Voz de mando

El portero debe comunicarse constantemente con su defensa; si no se comunica a gritos cuando sale lejos del arco a buscar una pelota, es probable que el zaguero no lo vea, lo cual puede originar un choque y pérdida de balón, o incluso un gol en contra. Se necesita de mucho carácter y personalidad para ponerse los guantes. Por eso mismo, los mejores arqueros han superado la barrera de los 30 años.


No dudar

El guardameta se puede equivocar, pero nunca debe dudar. Si ante un centro titubea entre quedarse en la línea del arco o salir a cortarlo, generalmente termina a mitad de camino, con lo cual la pelota sigue en juego y el arco quedó desguarnecido.

Lo mismo en un mano a mano con un delantero: o decide salir a atorarlo y recortarle el ángulo de remate, o se queda para esperar el cierre de un compañero que dificulte el disparo.


Jugar con los pies

La modificación del reglamento, que prohibió que el arquero tome con las manos un pase de un compañero, cambió para siempre el puesto. Ahora, el portero debe saber jugar con los pies, ya sea para hacer circular la pelota, ayudar a su equipo a cambiar el frente de ataque o despejar de primera un pase arriesgado.


Despejar

No todos los guardametas pueden volar para sacar balones que van al ángulo. Los que lo logran, manejan un concepto físico y otro técnico. Primero, tener la potencia de piernas que les permita despejar. Y segundo, apoyarse siempre en puntas de pie; si toda la planta de los pies está apoyada, les costará mucho más despejar.


Distribución

Con la pelota en las manos, el arquero tiene la posibilidad de iniciar el ataque de su equipo, siempre y cuando sepa distribuir el balón. Con la mano lo hará llegar a sus laterales o quizá al mediocampo; con una volea podrá enviárselo a la delantera. Para esto último es fundamental inclinar el cuerpo hacia la dirección donde debe ir la pelota, con el fin de que vaya en línea recta y rápida para que llegue al compañero antes que al rival. El pase debe apuntar al cuerpo del compañero para permitirle dominar el balón; si el pase va a la cabeza, es muy probable que su equipo no retenga la posesión.


Retener

Quizá por la constante innovación del balón, que cada vez es más ligero y rápido, los porteros modernos se han acostumbrado a dar rebote ante la mayoría de los disparos. Esto permite una segunda jugada en las cercanías del área, mientras que al agarrar la pelota desaparece todo el riesgo.


Ubicación

Es el concepto más importante que debe manejar un arquero. De hecho, uno de los mejores elogios que se le puede dar a un portero es: “Siempre está bien colocado”. Por ejemplo, en un tiro de esquina donde por perfil el centro vendrá abierto (un zurdo tirando desde la izquierda), conviene ubicarse casi al borde del área chica para poder interceptar la pelota si cae entre el área chica y el punto del penal. Y cuando se trata precisamente de intentar parar un tiro penal, los expertos que han estudiado miles de ejecuciones han llegado a la siguiente conclusión: los arqueros atajarían más remates desde los doce pasos si se quedaran parados.


La mayoría escoge un palo y vuela hacia allá una fracción de segundo antes de la ejecución. El problema es que casi todos los pateadores ejecutan el penal con la cabeza levantada, esperando el movimiento del portero para modificar el disparo. Al quedarse quieto, el arquero coloca toda la presión en el jugador, que entonces debe pegarle fuerte y esquinado, lo que aumenta considerablemente su margen de error.

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